He ido a 14 conciertos de Springsteen (y tengo algo que confesar)
Lo que siempre hago después de un concierto
Hay una emoción que no se puede explicar. Empieza días antes. Una vibración, un cosquilleo en el estómago. Reviso la entrada. La meto en el bolso. La vuelvo a sacar. La compré hace meses, pero necesito saber que sigue ahí. Que es real.
La mañana del concierto no es una mañana normal. Me despierto antes. Da igual la hora. Da igual si he dormido poco. Hay nervios, pero también una especie de calma eléctrica. Como si por dentro sonara algo. Y suena, claro que suena: Bruce.
He estado en catorce conciertos suyos. Catorce. En España. Desde el 92. Y sí, todavía me emociono igual. Da igual si es en Madrid, Barcelona o San Sebastián. Cuando se apagan las luces y suena el primer acorde, todo el cuerpo se me enciende.
Un concierto de Springsteen no se escucha. Se vive.
Lo vivo cuando llego al recinto, cuando comparto bocadillo con quien viene conmigo, cuando reconozco a gente que he visto en otras giras. Lo vivo cantando hasta quedarme sin voz, llorando con The River, bailando Dancing in the Dark aunque me duelan los pies. Lo vivo en comunidad, con extraños que durante tres horas dejan de serlo.
Y luego está la vuelta a casa. El silencio raro del después. El abrigo que no abriga. El maquillaje corrido. Las piernas destrozadas. Me duele todo menos el alma, que la tengo en llamas.
Y el hambre. Siempre hay hambre.
La salsa que sabe a bis eterno de concierto
Después de un directo de Springsteen hay algo que siempre necesito: reconectar conmigo. Y lo hago en la cocina. Esta salsa de tomate especiada es mi afterparty perfecta. Dulce, picante, con cuerpo… como si alguien hubiese embotellado los bises y los hubiera dejado cocer a fuego lento.
Tiene un punto árabe, un eco mediterráneo y una profundidad que no se olvida. Va de maravilla con pasta, arroz o incluso con pan recién tostado si no puedes esperar.
Salsa de tomate especiada (versión post-concierto)
Raciones generosas para 2 conciertos
Ingredientes:
1 lata (400 g) de tomate entero en su jugo
½ cebolla, picada fina
1 rama de apio, picada fina
2 cucharadas de aceite de oliva (30 ml)
1 cucharadita de harissa (ajusta al gusto)
2 cucharaditas de azúcar moreno (10 ml)
Elaboración:
Pon todos los ingredientes en un cazo a fuego medio.
Remueve bien y lleva a ebullición.
Baja el fuego al mínimo y deja cocer durante 25 minutos, removiendo de vez en cuando.
Tritura si prefieres una textura más suave, o déjala rústica, con sus trozos y su alma.
Cuéntame. ¿Tú también necesitas rituales post-concierto? ¿Tienes un ritual, una canción que siempre suena, una comida que te espera? Te leo en los comentarios.
Y si vas al concierto del martes en Donosti, nos vemos.
Yo estaré ahí. Como siempre.
La harissa en pasta, especias...cuéntame Laura. No lo habia escuchado nunca y no lo conozco, gracias